Los excesos en las comidas y la intoxicación alimentaria no son los únicos riesgos que pueden rondar una mesa de Año Nuevo. Todavía existen otros dos peligros que también empiezan por “a”: las alergias y, por supuesto, el alcoholismo. La pregunta sobre cómo evitarlos o cómo prestar primeros auxilios en caso de que ocurran ha sido respondida por Mikhail Lebedev, jefe del grupo y el mayor especialista en el apoyo científico y metodológico de las instituciones para diagnóstico y tratamiento del Centro de Diagnóstico Molecular CMD de la Agencia Federal para la Protección de los Derechos del Consumidor y el Bienestar de Rusia, a aif.ru.
Los accidentes desagradables pueden ocurrir en cualquier parte. Aunque, como decía el clásico, “no hay ladrillo que caiga sobre la cabeza por casualidad”, por eso es mejor prepararse para cualquier sorpresa desagradable. Incluidas las celebraciones de Año Nuevo. Así que, aunque se rindan a la diversión, no pierdan su estado de alerta y sobriedad.
¿Qué le ha sentado mal?
Normalmente para las fiestas compramos lo mejor, lo más caro y lo más delicioso. Cada anfitrión quiere sorprender a sus invitados con algo que no hayan probado nunca. Es por este motivo que en una mesa de Año Nuevo tan abundante puede aparecer una alergia alimentaria.
El especialista afirma que entre los manjares de las fiestas hay muchos alérgenos, como el marisco, el pescado, los cítricos, los cacahuetes, el chocolate y los huevos. Incluso es posible que no sepamos si hay algún ingrediente en una ensalada, un plato principal o un postre. Además, las reacciones pueden aparecer por algún producto exótico que la persona nunca haya probado antes. Por eso es tan importante llevar antihistamínicos a la cena de Año Nuevo, ya que no sabemos las sorpresas culinarias que nos pueden preparar los anfitriones.
¡Oh, sí, el árbol de Navidad!
Sin embargo, para que aparezca una alergia grave a veces ni siquiera es necesario haber comido nada. Por ejemplo, hay gente que tiene una alergia “navideña” al árbol de Navidad, el principal adorno de cualquier casa durante las fiestas. Esta alergia no la provoca el polen de las coníferas; de hecho, ni siquiera están en flor en invierno. En la versión de invierno, los alérgenos son hongos que se multiplican en la corteza y las hojas del árbol. Esto se debe a que los árboles se cortan antes de Navidad y se guardan en zonas con mucha humedad antes de venderlos, lo que provoca que las esporas de moho se reproduzcan. La cantidad de esporas se multiplica por varios durante el tiempo que el árbol festivo permanece en casa. Esto es especialmente peligroso para las personas alérgicas al moho, que no son pocas. Los síntomas de una alergia al árbol de Navidad en niños pueden ser estornudos y tos, mientras que en adultos es más común la secreción nasal y las erupciones cutáneas.
Para reducir el riesgo de alergias, se recomienda lavar el árbol con agua tibia antes de colocarlo y secarlo bien. Y, por supuesto, no dejéis el árbol de Navidad en casa hasta primavera; cuanto más tiempo esté dentro, mayor será la concentración de esporas de moho.
Primeros auxilios para las alergias: alejarse del alérgeno y tomar un antihistamínico (antialérgico). Cualquier otro tratamiento médico debe prescribirlo un médico. Si es necesario (por ejemplo, si hay hinchazón en los labios o irritación de la garganta), llamen al servicio de ambulancias a través del número de emergencia. El hecho es que el edema de Quincke, que se puede producir en las vías respiratorias, se desarrolla muy rápido y puede provocar paro respiratorio.
Beban con moderación
Por desgracia, la “tradición” de Año Nuevo de celebrar a lo grande, tan elogiada en libros y películas (por ejemplo, en el éxito de taquilla “Ironía del destino, ¡disfruten de su baño!”), a menudo provoca una fuerte intoxicación alcohólica. Y para las personas que ya son adictas al alcohol, este es el camino directo a una borrachera de varios días.
Si es imposible renunciar al alcohol en la mesa, al menos intenten moderarse y beban “correctamente”, con cabeza, sin olvidar la regla principal de que es crucial la cantidad que se ingiere. Al fin y al cabo, la gravedad de la intoxicación aumenta proporcionalmente a la cantidad consumida. Por desgracia, no todo el mundo consigue mantenerse dentro de la dosis “normal”…
A diferencia de la embriaguez (incluso estando muy borracho), la intoxicación alcohólica (envenenamiento) puede ser mortal. Por eso, lo primero que hay que hacer si alguien se encuentra en ese estado es llamar a una ambulancia.
Antes de que llegue la ambulancia, si la víctima está consciente, hay que lavarle el estómago. Haced que beba 4 o 5 vasos de agua a sorbos pequeños y a continuación provocadle el vómito presionando la raíz de su lengua con un dedo o un objeto romo (por ejemplo, el mango de una cuchara). Después de lavarle el estómago, dadle carbón activo o cualquier otro adsorbente y aseguraos de que beba mucho líquido. Si la persona está inconsciente (o confundida) y es prácticamente imposible contactar con ella, colocadla en una posición estable de lado para evitar que aspire el vómito. Cualquier otro tratamiento médico debe prescribirlo un médico, teniendo en cuenta la gravedad de la dolencia y las características individuales de la víctima.
