Los crecimientos de la piel asustan a quienes los padecen. Su aparición no es agradable y no hay una respuesta definitiva sobre si las verrugas se vuelven cancerosas. Este es un problema complejo y para comprenderlo hay que entender las causas del desarrollo de neoplasias cutáneas y los factores desencadenantes de la degeneración celular.
Condiciones para la transformación
Las verrugas son formaciones benignas. Su código en la CIE-10 es B07. Su aparición se debe principalmente a dos factores: la presencia del VPH en el cuerpo y una inmunidad disminuida. Como resultado, la actividad del virus y el flujo sanguíneo en el sitio de localización del virus en la piel aumentan. Las células crecen, sufren mutaciones y cambian de color. El lugar donde se forman las verrugas virales depende del método de infección por el virus del papiloma y de su tipo.
La ciencia conoce más de cien cepas del virus del papiloma, la mayoría de las cuales tienen baja oncogenicidad y no son capaces de degenerar en tumores malignos. El VPH de mayor riesgo son los tipos 16, 18, 31, 45 y 56, que incrementan 60 veces el riesgo de padecer cáncer. Los menos peligrosos son los 1-5, 10, 27, 53-55, 62, 67. Una persona puede tener varios tipos de VPH al mismo tiempo. En las mujeres, los virus del papiloma oncogénicos 16 y 18 son peligrosos y se detectan en el cáncer de cuello uterino. La vacunación elimina el riesgo de infección. Para ello, las niñas son vacunadas antes del inicio de la actividad sexual, para que el cuerpo desarrolle anticuerpos contra dos cepas de VPH de ciento setenta.
La presencia de verrugas, verrugas genitales o condilomas acuminados en la piel o las mucosas de un paciente no significa que la formación sea maligna.
Los tumores cutáneos son, por sí mismos, un defecto cosmético que indica un estado de inmunodeficiencia. Es decir, el cuerpo necesita ayuda para combatir el VPH y llevarlo a la remisión. Es imposible librarse por completo del virus, pero se puede controlar de por vida. La inmunidad puede verse debilitada debido a:
- Infección por VIH;
- Infecciones crónicas de transmisión sexual o ETS;
- Nutrición inadecuada;
- Desequilibrio hormonal;
- Trastornos endocrinos;
- Enfermedades del sistema digestivo;
- Estrés, falta de descanso.
Para que las células malignas aparezcan en las verrugas, se necesitan los siguientes factores:
- Daño mecánico repetitivo a la formación;
- Exposición repetitiva a la radiación ultravioleta;
- Predisposición hereditaria a enfermedades oncológicas;
- Disminución de la inmunidad;
- Estrés prolongado, depresión;
- Contacto con carcinógenos;
- Enfermedades crónicas.
Las causas del cáncer de verrugas, papilomas y verrugas genitales son estrictamente las mismas que las de la infección por VPH.
Diferencias entre una verruga y un lunar maligno
La diferencia entre una verruga y un lunar maligno es que una verruga es una formación benigna, mientras que un lunar maligno es un melanoma, una enfermedad oncológica. Los factores desencadenantes de la degeneración de un lunar o de una verruga en un tumor son los mismos:
- Traumatismo mecánico repetitivo;
- Exposición al sol o en camas solares;
- Enfermedades de transmisión sexual;
- Hábitos nocivos: fumar, alcohol;
- Situaciones estresantes.
Sin embargo, los mecanismos de aparición de lunares y verrugas son diferentes. Los nevos (lunares) son acumulaciones de melanocitos, células productoras de melanina que le dan a la piel su pigmento marrón. Las verrugas son células epidérmicas sin pigmento (melanina). El VPH puede transmitirse de las siguientes maneras:
- Autoinfección, cuando el paciente se rasca el lugar de la lesión viral y propaga la infección a otras partes del cuerpo;
- Por vía sexual;
- Por vía doméstica: al dar la mano, usar toallas, zapatillas, jabón y en el transporte público;
- Infección del niño por una madre enferma durante el parto.
Es necesario extirpar las verrugas benignas y los lunares ubicados en zonas visibles del cuerpo (brazos, piernas, cuello, cara) y en lugares donde se raspan con la ropa y los accesorios. Si se sospecha un proceso patológico, el material extirpado se envía a un examen para determinar la presencia de células cancerosas. Las formaciones en las mucosas y en aquellos lugares donde es imposible realizar un autoexamen para controlar los cambios en la forma o el tamaño de los tumores deben extirparse sin falta.
Si se detectan células malignas en un lunar o verruga extirpada, se prescribe al paciente una terapia adicional: quimioterapia, radioterapia o cirugía. El melanoma es peligroso y diagnosticar la neoplasia en una etapa temprana de desarrollo puede ser problemático. El pronóstico del tratamiento suele ser decepcionante. El desarrollo de papilomatosis no implica riesgo de desarrollar neoplasias malignas.
Diagnóstico de las verrugas
Cuando aparecen las verrugas, el médico realiza un diagnóstico mediante un examen. Si el paciente tiene antecedentes familiares de melanoma, se prescriben exámenes adicionales:
- Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para identificar el tipo de VPH y su oncogenicidad;
- Prueba de Digene para detectar cepas oncogénicas del virus en el cuerpo;
- Prueba de Papanicolaou para verificar la presencia de células malignas.
La detección de cepas altamente oncogénicas del VPH requiere una serie de estudios adicionales:
- Biopsia: examen del material extirpado con microscopio;
- Uretroscopia: presencia de VPH en el epitelio uretral.
Los síntomas de una verruga maligna en la piel son los siguientes:
- Inflamación del tejido alrededor del tumor;
- Cambio de color a un tono más oscuro, incluso con inclusiones negras;
- Secreción de contenido purulento, líquido sanguinolento o sangre.
Los tumores benignos suelen aparecer en la piel, los párpados, el cuero cabelludo, las mucosas de los genitales y la boca: laringe, paladar, lengua, faringe, aurículas, glándulas mamarias y vejiga. Las formaciones intraductales pueden provocar inflamación de todo el órgano y son más difíciles de diagnosticar. Los tumores benignos de la piel y las mucosas se dividen en únicos y múltiples, que crecen en grupos y tienen el aspecto de una cresta de gallo, y pueden tener tallos filiformes. Para tratar estas formaciones con el fin de identificar el foco de infección y prevenir su propagación, el dermatólogo consulta con otorrinolaringólogos, ginecólogos, mamólogos, venereólogos y oftalmólogos.
Además de los métodos para eliminar las verrugas en las instalaciones médicas (láser, crioterapia, electrocoagulación, bisturí eléctrico), al paciente se le prescribe una terapia con:
- Antibióticos;
- Inmunomoduladores;
- Medicamentos antivirales, incluidas inyecciones de interferón;
- Complejos vitamínicos.
Un enfoque de tratamiento sistémico reduce el riesgo de recaída, y un tratamiento rápido y eficaz implica consultar a un médico en cuanto aparecen las verrugas.
Mecanismo de aparición de la oncología en el VPH
La presencia del virus en las mucosas