Durante las Navidades y el Año Nuevo descansamos y nos relajamos más y durante más tiempo de lo habitual durante los fines de semana normales. Y durante esos días la gente se permite muchos excesos, desde comer en exceso y beber alcohol al simple ocio. ¿Cuál es la forma correcta de volver a la normalidad para no sentirnos incómodos en el trabajo? Después de todo, también hay que saber dejar de descansar. Filipp Izmaylov, Moscú
Por un lado, las vacaciones de Navidad y Año Nuevo son perfectas para descansar con la familia y amigos, dormir lo suficiente y reponer fuerzas para el próximo año. Pero por otro lado, es una época de ocio, excesos y apatía. ¿Cómo mantener el equilibrio: relajarse sin perder la forma? Más aún cuando en enero aún quedan fiestas por delante, como el Año Nuevo ortodoxo, que suele llamarse antiguo, y la Epifanía. Por eso, resultan útiles los consejos sobre cómo ponerse en forma después de las largas vacaciones.
Precisamente debido a la reestructuración del horario habitual durante el Año Nuevo, mucha gente suele alterar el ritmo de sueño y vigilia. La persona empieza a acostarse tarde y a levantarse igual de tarde. Por ello, la actividad habitual y antes normal disminuye y surge una sensación envolvente y, sinceramente, agradable de ocio. Para evitar la interrupción, conviene reservar con antelación unos días concretos para la relajación completa. Por ejemplo, que sean el 1 y el 2 de enero, y después seguir el horario habitual. Si no has podido seguir el ritmo durante las vacaciones de Año Nuevo, restablécelo al menos dos o tres días antes de volver al trabajo. El organismo necesita tiempo para adaptarse al nuevo horario.
Lo primero que hay que controlar especialmente es la alimentación. Las fiestas son casi para todos una época de atracones. Por eso, en la víspera de Año Nuevo debes permitirte probar un poco de todo, pero el resto de los días debes procurar comer con consciencia. Más aún porque las mesas de las fiestas suelen ser variadas: ensaladas de verduras, frutas, pescado, así que elige alimentos que sean más fáciles de digerir para el organismo. Ten en cuenta también el alcohol, es una dificultad añadida para el proceso digestivo. Lo ideal sería abstenerse de las bebidas alcohólicas, pero si no es posible o, digamos, no lo deseas, al menos hay que limitar su consumo.
Además, tras las fiestas hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones útiles que dan los médicos, nutricionistas y dietistas. Son las siguientes:
– tomar alimentos bajos en grasa antes de las 12 del mediodía. Los postres dulces y las ensaladas con mayonesa deben excluirse del menú en la segunda mitad del día. Esto evitará ganar kilos de más;
– beber agua media hora antes de las comidas. El agua inicia los procesos metabólicos del organismo que contribuyen a eliminar toxinas y a adelgazar. No hay que olvidarse del agua durante todo el día, hay que darle preferencia a ella y no a las bebidas frías con gas. Además, el alcohol (sobre todo el ligero, como el vino o el champán) y los refrescos contienen mucho azúcar, lo que perjudica la figura. Es mejor beber más agua tibia, té verde, kéfir y yogures sin azúcar;
– hay que comer en porciones pequeñas. El intervalo entre comidas no debe ser inferior a tres horas. Es mejor picar algo varias veces al día que comer todo de una sola vez. Es decir, no hay que atiborrarse. No es la primera ni la última vez que comes arenque bajo un abrigo de piel o la famosa ensalada Olivier. Cualquier alimento de la mesa de Año Nuevo se puede comer durante el año, en cualquier día. Así que no tiene sentido atiborrarse para tener reservas.
El siguiente consejo es una continuación lógica del anterior. No hay que cocinar para días, es un error de muchos. Cuando la nevera está llena, es más difícil no comer en exceso. Además, la comida sana es la recién hecha. Más aún porque las recetas pueden adaptarse a una dieta saludable, sustituyendo, por ejemplo, la mayonesa por aceites vegetales saludables.
Lógicamente, como cualquier otro día, y más aún durante las fiestas, hay que procurar estar más activo. Aunque el gimnasio o la piscina estén cerrados durante algunos días festivos, siempre hay una alternativa sencilla y útil: caminar. Hay que pasear obligatoriamente, porque el aire fresco es imprescindible para el organismo durante los días de Año Nuevo, como en cualquier otro momento. En casa se pueden practicar ejercicios cardiovasculares ligeros: saltar a la comba, caminar al ritmo de la música o montar una fiesta con bailes rítmicos. Hay que dedicar a la actividad física diaria entre 20 y 30 minutos, es fácil y, sin embargo, permite mantener el tono del organismo y estar de buen humor.
Y por último, hay que procurar “pegarse” lo menos posible a los aparatos, desde el televisor hasta el teléfono, el ordenador, la tableta y el portátil. Además de todo lo demás, también se pierde el tiempo en vano. Nadie ha anulado las visitas, el cine, los museos o los pequeños viajes fuera de la ciudad: todo esto es mucho más interesante y emocionante que el mundo virtual.
Un plan de vacaciones de Año Nuevo bien pensado ayuda a volver al trabajo descansado y renovado después de las fiestas de Año Nuevo. Hay que combinar un par o tres de días de “sofá” con diversas actividades y aventuras. De esta forma podrás mantenerte en forma y estar contento contigo mismo, además de acumular muchas impresiones.
Estimados lectores, les recordamos que el departamento editorial no ofrece recomendaciones individuales. En todos los casos particulares, es necesario consultar con el médico. Solo él podrá tener en cuenta las características específicas de su organismo y brindar la ayuda más eficaz. Y todas nuestras recomendaciones son únicamente de carácter general.
Fuente: argumenti.ru