Una situación bastante común es que el peso disminuye, pero los volúmenes de la cintura, las caderas y otras zonas problemáticas permanecen como antes. Esto es bastante molesto y desalentador. Vamos a analizar por qué sucede esto y qué hacer para rectificarlo.
Retención de líquidos
Esta es una de las razones principales: el cuerpo puede retener agua temporalmente: debido a los edemas, los cambios de volumen no son obvios. Este problema puede estar relacionado con los cambios hormonales, el exceso de sal en la dieta, tomar ciertos medicamentos y no beber suficiente agua potable común.
Qué hacer: controlar si se bebe suficiente líquido; hay que tener en cuenta no solo el peso, la estatura y la edad, sino también la intensidad de los entrenamientos y la temperatura ambiente dentro o fuera de las instalaciones al hacer deporte. Si todo está en orden, hay que consultar con un endocrinólogo y hacerse análisis para detectar trastornos hormonales.
Tipo de ejercicios incorrecto
Muchas personas desarrollan de forma independiente un plan de entrenamientos y eligen actividades sin consultar con un especialista. Es posible que los ejercicios no sean adecuados. Por ejemplo, los ejercicios cardiovasculares contribuyen a quemar calorías, pero no siempre conducen a cambios significativos de la composición corporal.
Qué hacer: para reducir eficazmente los volúmenes, es importante combinar ejercicios cardiovasculares y de fuerza; tales entrenamientos contribuyen al crecimiento muscular y aceleran el metabolismo. También es importante elegir una intensidad óptima: las cargas demasiado bajas no darán los resultados deseados.
No se consume la grasa adecuada
La distribución de la grasa en el cuerpo es individual y depende de factores genéticos, equilibrio hormonal, estilo de vida, velocidad del metabolismo y otras características. En algunas personas, la grasa puede acumularse principalmente en ciertas zonas: por ejemplo, solo en las caderas o el abdomen. Allí es más difícil eliminarla. A menudo, los depósitos de grasa disminuyen primero en las zonas más accesibles: por ejemplo, la cara, el cuello, la zona del pecho. Mientras que la cintura, las caderas y el abdomen permanecen igual. Por eso, incluso con una pérdida generalizada de peso y cantidad de tejido graso, los cambios de volumen en ciertas zonas pueden ser insignificantes.
Qué hacer: añadir entrenamientos dirigidos a una zona específica. No tienen que ser ejercicios en el gimnasio; pueden ser baile, yoga, equitación, natación y otros deportes que te gusten.
Alimentación desequilibrada
Para obtener resultados más rápidos, no basta con practicar deporte y restringirse en la comida; también es importante seguir una dieta equilibrada que contribuya a la pérdida de peso. Si en tu menú hay déficit de proteínas, puedes perder masa muscular en lugar de grasa; este proceso se llama sarcopenia. El problema es que las proteínas son un material de construcción para los músculos y su recuperación después del deporte. Además, el cuerpo gasta un 30 % más de energía descomponiendo proteínas que procesando grasas o carbohidratos; es decir, consumir los productos adecuados también ayuda a perder peso.
Qué hacer: incluir en la dieta carne, pescado, marisco, huevos, productos lácteos y quesos, legumbres y frutos secos.
El cuerpo consume masa muscular
En condiciones de déficit calórico, cuando el cuerpo no recibe suficiente nutrición del exterior, comienza a buscar fuentes internas de energía. En lugar de tejido graso (reserva natural de energía) puede comenzar a descomponer la masa muscular. Esto sucede porque a veces es mucho más fácil obtener energía de aquí. El tejido muscular es más denso y compacto que el tejido graso: 1 kg de músculo ocupa menos espacio que 1 kg de grasa; como resultado, debido a la pérdida de masa muscular, el peso puede disminuir, pero los volúmenes externos del cuerpo pueden permanecer sin cambios.
Qué hacer: para asegurarte de que esta es la razón, consulta con un entrenador y un nutricionista. Pueden aconsejarte cambiar tu dieta o tus cargas físicas o simplemente ser paciente.
Factores no obvios
A menudo, el problema de una combinación desagradable de “peso y volumen” está asociado con expectativas demasiado altas. Los cambios en la composición corporal al perder peso son un proceso que requiere tiempo y paciencia. No hay que esperar resultados instantáneos. La grasa se quema gradualmente y los músculos no crecen de la noche a la mañana. Sé constante en los entrenamientos y en la alimentación, no te desanimes si no ves resultados de inmediato.
No olvides que el peso y los volúmenes del cuerpo pueden cambiar de forma desigual. Por ejemplo, esperas que tu cintura disminuya y la mides con frecuencia. Te desanimas si los parámetros permanecen igual. Mientras tanto, no te das cuenta de que tus caderas, brazos y piernas han adelgazado notablemente.
Qué hacer: en el proceso de la pérdida de peso compara los volúmenes de todo el cuerpo para evaluar objetivamente tu progreso. Tómate las medidas por la mañana, en ayunas. Además, ten en cuenta que el cuerpo femenino puede hincharse mucho antes y durante los primeros días del ciclo.
¿Qué puedes hacer?
Busca apoyo: a menudo, los amigos o conocidos del gimnasio notan tu progreso mejor que tú. Te ayudarán a evaluar objetivamente los resultados, a mantener la motivación y a no desviarte del camino hacia tu objetivo.