En la emisión del programa “¡Viva salud!” Elena Maliúsheva junto con sus colegas médicos contó sobre los problemas con los cuales es común encontrarse en la noche de Año Nuevo y durante las fiestas y qué hacer en caso de enfermedad.
Uno de los problemas más comunes es la pancreatitis aguda. La persona se encorva bruscamente
, no puede respirar ni exhalar, aparece un dolor en faja. “Ocurre debido a la combinación de alcohol y comida grasosa. Inicialmente pueden haber problemas en la vesícula biliar, cuando allí se forman cálculos”, explicó el cardiólogo Germán Gándelman.
Maliúsheva añadió que, normalmente, el jugo pancreático debería expulsarse en el sistema digestivo y ayudar en la digestión de los alimentos. El jugo está formado por enzimas.
Si se produce una falla, el páncreas comienza a digerirse a sí mismo. “Esto puede ocurrir si un cálculo obstruye el conducto o si el alcohol destruye las membranas de las células del páncreas. Se destruye y comienza un fuerte dolor. Esto puede ir acompañado de náuseas y vómitos”, explicó Gándelman.
Maliúsheva señaló que todo comienza con una pancreatitis aguda y finaliza con una pancreaticonecrosis: la disolución del páncreas. “Se autodigere mientras que detrás de él se encuentran dos enormes vasos: la aorta y la vena cava inferior, y la glándula comienza a digerirlos. Este estado es gravísimo”, explicó Maliúsheva.
Si la persona sabe que tiene cálculos, debe tener más cuidado con el alcohol que consume en la noche de Año Nuevo. Y en cuanto aparezcan los dolores, debe acudir al médico.
“La pancreatitis aguda es un problema penoso, se trata solo en hospitales y amenaza directamente la vida. Otro consejo: es necesario hacerse una ecografía para verificar si hay cálculos en la vesícula biliar. Porque si los hay, un cálculo puede moverse debido a la comida. Después de todo, cuando come, la vesícula se contrae, el cálculo puede cerrar el conducto y eso también será la causa de que la glándula no pueda expulsar las enzimas al duodeno, sino que comience a digerirse a sí misma”, advirtió Maliúsheva.
El segundo problema es lo que se denomina un pinchazo en la espalda. Por lo general, se trata de una hernia intervertebral aguda. “Sobresale, comprime un nervio, surge un dolor salvaje, un espasmo muscular que agrava aún más la situación, la persona se congela en alguna posición, a veces durante horas y a veces durante días”, explicó el oftalmólogo Mijáil Kónovalov.
Aquí es importante no agacharse bruscamente ni levantar de golpe a nadie en brazos por la alegría. Hay que levantar todos los pesos desde la posición en cuclillas. Incluso una barra de pan de un kilo del suelo puede convertirse en 5 o 10 kilos si se levanta incorrectamente con las piernas estiradas.
“Si a la persona se la encorva, debemos llevarla suavemente hasta la cama sin intentar enderezarla, recostarla sobre una superficie firme y darle analgésicos. También se puede pegar un parche con capsaicina o lidocaína”, aconsejaron los médicos.
El tercer problema es la aspiración o asfixia. “Si ve que la persona se asfixia y no puede respirar, debe abrazarla por detrás, apretarla firmemente contra usted y con un movimiento brusco debajo del esternón, apretarla; con esto se puede aumentar la presión del aire por las vías respiratorias, por lo que saldrá lo que las obstruye”, explicó el inmunólogo Andréi Prodeus.
Esta manipulación se denomina maniobra de Heimlich. Y, como aseguró Maliúsheva, todos deben aprender a hacerla. “Incluso si la persona está sola en casa, entonces debe acostarse en la esquina de la mesa y de la misma manera con la esquina de la mesa y de hecho con su propio cuerpo golpear hacia arriba y hacia adelante para que el objeto salga”, recomendó Maliúsheva. Y no hay que sentir lástima de sí mismo, ya que pueden no alcanzar ni el tiempo ni las fuerzas. Hay que actuar de inmediato.
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¡Viva salud!