- ¿Qué es?
- Causa
- Diagnóstico
- Tratamiento
- Complicaciones
La obesidad ginecoide es menos común en los hombres. Sin embargo, algunos no son inmunes a esta desagradable enfermedad. Porque si bien la “barriga cervecera”, aunque sea en broma, se considera una virtud y un adorno, en este caso el cuerpo adquiere formas femeninas, semejantes al contorno de una pera. Esto se ve muy desagradable e incluso causa muchos problemas. Es necesario saber qué hacer con este diagnóstico y si algo puede corregirse de alguna manera.
¿Qué es?
Por lo tanto, la obesidad ginecoide en los hombres es una acumulación de tejido adiposo principalmente en la parte inferior del cuerpo, en los glúteos y muslos. Por eso esta enfermedad también se llama de otro modo: obesidad inferior, glúteofemoral. El abdomen también está presente, pero no es tan voluminoso como en el tipo androide (abdominal).
El principal peligro radica en que la grasa visceral afecta los órganos reproductores, lo que en casi el 90% de los casos termina en problemas de potencia e infertilidad, lo que es un golpe serio a la autoestima masculina.
Los médicos señalan el desequilibrio hormonal como la principal causa de obesidad ginecoide. Es lo que da el impulso, mientras que los factores externos (alimentación incorrecta y estilo de vida sedentario) solo empeoran la situación.
En este sentido, el tratamiento complejo incluye no solo dietas y actividades deportivas, sino también la ingesta de medicamentos hormonales. La probabilidad de que los hombres se recuperen por completo y vuelvan a un estilo de vida normal es mucho menor que en la obesidad androide.
Causas
Entonces, ¿por qué se desarrolla la obesidad ginecoide en los hombres? Los médicos señalan las siguientes causas:
- desequilibrio hormonal, cuando el cuerpo masculino comienza a producir una gran cantidad de estrógenos (hormonas femeninas), suprimiendo la testosterona, responsable de la descomposición de las grasas;
- estilo de vida sedentario;
- consumo excesivo de alimentos, alimentos ricos en calorías, alimentación irregular, dieta desequilibrada, falta de vitaminas;
- herencia;
- estrés frecuente, que los hombres suelen guardar para sí mismos y reprimir, “comiéndose” los problemas acumulados;
- enfermedades crónicas y congénitas.
El grupo de riesgo incluye adolescentes durante la pubertad y hombres mayores de 40 años. Las alteraciones hormonales son características de estos grupos de edad.
El problema es que cualquier cambio asociado con el trasfondo hormonal es de difícil corrección. Aunque existen medicamentos específicamente diseñados para normalizarlo, no siempre funcionan. Por lo tanto, en algunos casos, dicho tratamiento es ineficaz.
Diagnóstico
Para asegurarse de que un hombre realmente padece obesidad ginecoide, el médico realiza un examen externo, recopila una anamnesis (información sobre los padres, enfermedades existentes y estilo de vida) y luego envía para análisis y exámenes:
- análisis bioquímico de sangre;
- perfil lipídico;
- ecografía y resonancia magnética de los órganos internos, que permiten determinar cuáles de ellos se han visto afectados por la grasa visceral;
- prueba de tolerancia a la glucosa para identificar la diabetes tipo II;
- análisis de hormonas (en primer lugar, se analiza el nivel de estrógenos y testosterona);
- análisis genético para determinar el cariotipo e identificar mutaciones.
En función de los resultados de los análisis y pruebas de laboratorio, el médico saca conclusiones finales, confirmando o refutando el diagnóstico inicial. También determina el grado de obesidad para evaluar el peligro y prescribir el tratamiento adecuado.
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Tratamiento
Como con cualquier obesidad, su tipo ginecoide debe tratarse de manera integral. El problema es que si bien a los hombres les resulta fácil hacer frente a dos componentes de la terapia (todavía pueden obligarse a hacer ejercicio y tomar pastillas), generalmente tienen dificultades para normalizar su dieta. Realmente les resulta muy difícil excluir los productos salados y cárnicos de la dieta. Y sin esto, la recuperación es poco probable.
Dieta
Rara vez un hombre se dedicará de forma independiente a normalizar su nutrición. Es mejor confiar este momento a los profesionales. Los nutricionistas calculan la ingesta diaria de calorías para cada caso específico (generalmente no más de 1500 kcal) y elaboran un menú para el paciente para cada día de la semana. Tendrá que cumplir con los principios de una nutrición saludable y limitarse a los productos nocivos:
- la dieta debe incluir necesariamente carbohidratos complejos (en pequeñas cantidades), productos proteicos de alta calidad, fibra, vitaminas y elementos micro y macro;
- debe renunciar a los dulces, encurtidos, platos grasos y fritos, comida rápida y alcohol;
- comer muchas veces, pero en porciones pequeñas.
Hay productos que aumentan la producción de testosterona, que definitivamente deben incluirse en la dieta:
- carne de aves de corral;
- mariscos;
- verduras de hoja verde;
- nueces (hay que tener cuidado con ellas, ya que son muy ricas en calorías);
- de frutas y bayas: frutas cítricas (excepto pomelos), albaricoques, papaya, uvas, melón, dátiles, caquis, grosellas, ciruelas pasas, cerezas, higos, granadas, arándanos;
- de especias y hierbas: curry, cardamomo, ginseng, raíz de oro;
- de cereales: trigo sarraceno, arroz, mijo, cebada perlada.
Los hombres rara vez pueden evaluar objetivamente sus capacidades. Muy a menudo, con un diagnóstico de este tipo, se fijan metas demasiado poco realistas para ellos (por ejemplo, perder de 10 a 20 kg en un mes). En el caso de la obesidad ginecoide, causada por hormonas, esto es simplemente imposible.Incluso la dieta más estricta (y no se recomiendan tales dietas aquí) no puede dar tales resultados. Como máximo, de 5 a 6 kg por mes, y eso solo si otras medidas terapéuticas dan resultado.
Terapia de comportamiento
Cuando escuchan el diagnóstico, muchos se apresuran a ir al gimnasio. De hecho, el médico debe advertirles que este enfoque del tratamiento de la obesidad es ineficaz. Es necesario cargar el cuerpo, aumentando gradualmente la carga de actividad física. A menudo se propone la siguiente estrategia para combatir el exceso de peso:
- 1ª semana: ejercicio por la mañana y caminata por la noche;
- 2ª: piscina y natación al menos dos veces por semana;
- 3ª: introducción de cualquier equipo cardiovascular en las clases;
- 4ª: solo en esta etapa puede comenzar a practicar algún deporte activo y visitar el gimnasio.
Al mismo tiempo, a los hombres les esperan cambios graves en su estilo de vida, que a menudo no les complacen en absoluto. Se trata del abandono total de los malos hábitos (como el alcohol y el tabaquismo) y un sueño de calidad (al menos 8 horas al día). El sillón frente a la computadora o el sofá frente al televisor ahora tendrán que cambiarse por paseos nocturnos.
Tratamiento hormonal
En la obesidad ginecoide, la tarea principal del tratamiento farmacológico hormonal es normalizar los niveles de testosterona. Para ello, se prescriben medicamentos andrógenos