En una conversación con aif.ru, la dermatóloga, cosmetóloga y tricóloga Tatyana Gorova habló sobre las intervenciones para el invierno.
De hecho, hay tres tipos de intervenciones de cosmetología invernal. La primera es el peeling profundo. Esta es la aplicación de componentes agresivos en la piel. La epidermis se desprende, capa por capa. Estéticamente, no es agradable. Además, puede conllevar complicaciones en verano. La piel se desprende, capa por capa, y si en ese momento la piel entra en contacto con la radiación UV, que se activa especialmente en verano, primero aparece enrojecimiento, luego picazón y, después, pigmentación. La pigmentación de las capas profundas se elimina con dificultad. El proceso es costoso y largo.
La segunda es el láser ablativo profundo. Una vez más, la intervención está dirigida a dañar la capa superficial de la piel. El principio es el mismo: tenemos miedo del efecto de los rayos solares y esto puede tener consecuencias negativas.
La tercera opción para las intervenciones invernales es la cirugía plástica. Es el momento óptimo para extirpar lunares, fibromas o queratosis. Es obvio que esto no solo se puede hacer en invierno, pero si es necesario o se desea mucho, es preferible. Sin embargo, para una rehabilitación más tranquila y para la prevención de complicaciones, el invierno es mejor. Lo repetimos, porque el proceso de cicatrización transcurre de manera más intensiva y activa. Si la radiación UV entra en las zonas dañadas, puede aparecer pigmentación.
Recomendaciones para las intervenciones
Sin duda, que las intervenciones resulten más cómodas en invierno debido a la ausencia de quemaduras por radiación UV no significa que en esta época del año estemos a salvo de ellas. Por ello, es obligatorio aplicarse protector solar antes de salir a la calle. Es mejor utilizar un factor de protección alto, como en verano. Sin embargo, existe una ventaja: si nos olvidamos, no pasará nada malo. La actividad solar es menor y, además, siempre podemos cubrirnos con pañuelos y capuchas.
También es necesario proteger la piel de los efectos nocivos del frío y el viento. Para ello es importante elegir los productos de cuidado adecuados. En invierno se combina orgánicamente la hidratación, que nutre la piel con humedad, y la nutrición.
Y, por cierto, no hay que arrancar ni exfoliar nada de la cara. Todo debería desprenderse por sí solo. De lo contrario, provocaremos lesiones adicionales y podemos provocar una infección.