En las vacaciones de fin de año, el consumo excesivo de diversos productos nocivos suele provocar alergias. La Dra. Alexandra Gerasimova, investigadora del Centro de Salud Psicopedagógica y Pediatría del Centro Nacional de Investigación Médica para la Salud Infantil del Ministerio de Salud de la Federación Rusa, comentó a aif.ru cómo ayudar a un niño alérgico durante las celebraciones de enero:
En general, una de las principales recomendaciones médicas para los padres de un niño alérgico es seguir una dieta de eliminación (evitar el contacto con el alergeno en forma total o parcial durante un período específico). Junto con el tratamiento básico, permite controlar la afección de la enfermedad más rápidamente y reduce la frecuencia de las exacerbaciones. Por lo tanto, es muy importante que los padres supervisen con cuidado el cumplimiento de las recomendaciones del alergólogo durante días laborables y festivos.
También es importante recordar que los padres, como un espejo, transmiten claramente sus pensamientos y emociones sobre la dieta de eliminación al niño. Si los padres ven la dieta de eliminación como nuevas oportunidades, mejor salud, cierto grado de autonomía para el niño y, por supuesto, una mejor calidad de vida, el niño también la percibirá de esta manera. Pero si para la familia evitar los alimentos alérgenos provoca emociones negativas y se percibe como un castigo, el niño experimentará los mismos sentimientos. Por eso, desde el momento del diagnóstico, los padres deben organizar la vida familiar de manera que el cumplimiento de las recomendaciones médicas para el niño sea algo natural y habitual, como cumplir con las normas de higiene y comportamiento en la mesa.
Será más efectivo y rápido establecer el hábito de cumplir con las recomendaciones médicas si todos los miembros de la familia empiezan a cumplir con los requisitos en conjunto y buscan opciones de compromiso con el niño, por ejemplo, elaborando cuidadosamente un menú con platos sabrosos y saludables para todos. Para celebraciones en el jardín de infantes o en el colegio, pueden llevar un juego de aperitivos saludables y sabrosos no solo para su hijo, sino también para otros niños.
Dado que el principal canal de asimilación de la información en los niños en edad preescolar y escolar es la percepción visual, la mejor herramienta para establecer una actitud responsable hacia el cumplimiento de las recomendaciones médicas es el estudio conjunto por parte de los padres y el niño del material informativo presentado de forma llamativa, colorida y accesible (folletos, vídeos temáticos, programas informáticos). Si el niño se acostumbra gradual y sistemáticamente a participar en el proceso de tratamiento, a explicarle y mostrarle los beneficios del cumplimiento de las recomendaciones (mejorar su salud, crear las condiciones para que el niño pueda ser más activo), con el tiempo desarrollará el hábito de seguir la dieta del tratamiento por sí mismo y será responsable de su salud.
La responsabilidad del niño por el tratamiento se basa en el conocimiento y la voluntad de los padres de cumplir sistemáticamente las recomendaciones médicas. Por lo tanto, primero, los padres deben aprender a cuidar adecuadamente a un niño enfermo (un médico o una enfermera deben guiarlos en esto). Al hacer un diagnóstico o cambiar un tratamiento, es importante que los adultos hagan preguntas a los especialistas y aprendan los algoritmos básicos de acción. Además, es conveniente duplicar la información del plan de tratamiento en forma de notas y diagramas visuales, memorandos y explicaciones. Una vez que los adultos hayan aprendido por completo y cuidadosamente las instrucciones del médico y la enfermera y hayan aprendido a realizar correctamente los procedimientos médicos y las actividades de rehabilitación, es necesario involucrar gradualmente al niño en el proceso de realización de procedimientos médicos: esta regla se aplica a los niños de cualquier edad, incluso los más pequeños (a partir de los 2 o 3 años). Por supuesto, la complejidad del contenido de la capacitación debe corresponderse con las capacidades de edad del niño.
