Las intervenciones de cirugía plástica, como cualquier otra intervención quirúrgica, se realizan con anestesia. Pero a diferencia de las intervenciones quirúrgicas de urgencia y las programadas, la cirugía plástica puede ser una elección voluntaria. Precisamente por eso, a muchas personas les preocupa la anestesia o, más en concreto, su posible daño. El cirujano plástico, médico en ciencias médicas y catedrático Georgy Karapetián compartió con aif.ru 7 mitos generados sobre la anestesia.
Mito 1: La anestesia perjudica la salud
Lo cierto es que en cualquier intervención quirúrgica o manipulación se utiliza anestesia general, que es como se denomina comúnmente a la narcosis, independientemente de su tipo. Existen múltiples indicaciones para lograr el efecto analgésico, desconexión de la conciencia y relajación muscular. La principal indicación es una intervención agresiva como una intervención quirúrgica, por ejemplo, una cirugía plástica. Se cree que la anestesia perjudica la salud. Pero ningún medicamento del mundo, incluida la anestesia general, reporta beneficios para la salud.
Ahora bien, en caso de combinar diferentes patologías y necesitar intervenciones que, además de mejorar la calidad de vida, sean capaces de resolver una serie de problemas anatómicos y funcionales, la anestesia general o narcosis sigue siendo una manera actual y estandarizada de lograr el resultado deseado, cuyos posibles perjuicios no superan los de cualquier otro medicamento.
Mito 2: La anestesia acorta la esperanza de vida
El hecho es que el efecto principal de los anestésicos generales se dirige al funcionamiento del cerebro y, sobre todo, al tejido nervioso. Se sabe con certeza que, en condiciones normales, en un adulto sin enfermedades, traumatismos, malos hábitos o influencia negativa del medio ambiente, mueren cada día unas 100 000 neuronas, es decir, células nerviosas del cerebro. En caso de recibir anestesia general, ese día una persona perderá 130 000 o 150 000 neuronas.
En este caso, el número total de células cerebrales es de aproximadamente 100 mil millones. Teniendo en cuenta que la esperanza de vida promedio es de aproximadamente 70 años, la pérdida de otras 30 000 o 50 000 neuronas no tiene un papel especial. Esta es una cantidad insignificante, por lo que no se puede hablar de una reducción significativa de la esperanza de vida debida a la anestesia recibida.
Mito 3: Es posible que una persona no se despierte después de la anestesia
Esto no es un mito, es cierto, pero no solo se aplica a la cirugía plástica, sino a cualquier intervención quirúrgica. El riesgo de posibles complicaciones e incluso la muerte existe con cada intervención médica, porque siempre existe la posibilidad de reacciones alérgicas anafilácticas. Sin embargo, en igualdad de condiciones, cuando se cumplen todas las normas de seguridad de la actividad médica, cuando no existen riesgos de estados de amenaza adicionales durante la intervención médica debidos a enfermedades concomitantes graves, descompensación, enfermedades crónicas de base o la influencia negativa de factores adicionales, este riesgo es de 1 en 100 000 anestesias.
Una de las complicaciones más graves es la parada cardíaca hasta que se produce la muerte. Teóricamente es posible, pero la tarea del equipo médico de cualquier especialidad, de cualquier clínica, de cualquier país o de cualquier institución es reducir estos riesgos a cero. Para ello, se realizan unas actividades previas para examinar al paciente, recopilar una historia detallada y se utilizan equipos, estándares y medicamentos modernos. Pero ni siquiera un trabajo tan exhaustivo ofrece una protección contra la posibilidad de que surjan complicaciones.
Mito 4: La anestesia reduce las funciones cognitivas: memoria, atención y otras
Esto solo sucede durante un breve lapso de tiempo, mientras dure el efecto de los medicamentos. Por supuesto, mucho depende de la duración y la complejidad de la anestesia general. La deficiencia de las funciones cognitivas puede persistir hasta ocho horas después de la intervención, pero después, las funciones cerebrales se restablecen por completo. No quedan secuelas después de la intervención.
Mito 5: La anestesia puede provocar una reacción alérgica
Cualquier medicamento puede provocar una reacción alérgica. Además, todos sabemos que existen casos de alergia incluso a las propias células, a las propias proteínas. Es decir, a lo que se produce de forma habitual en el organismo. Se trata de enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide. Si el organismo reacciona así a sus propios tejidos, es aún más probable que se produzca una reacción similar a influencias externas (sustancias químicas o medicamentos).
El tipo más grave de reacción alérgica es el choque anafiláctico. En este caso, es imprescindible la asistencia urgente de un anestesiólogo-reanimador. Al prestar ayuda urgente, lo primero es controlar las vías respiratorias (se coloca una mascarilla laríngea o un tubo endotraqueal) y se administran una serie de medicamentos para detener la reacción anafiláctica y restablecer la actividad cardiorrespiratoria. De esta manera, durante la anestesia general (narcosis), el médico actúa de forma proactiva, instalando inmediatamente todo lo necesario e inyectando los preparados correspondientes para prevenir el choque anafiláctico y, en caso de que no sea posible predecirlo, prestar rápidamente la asistencia necesaria.
Por lo tanto, la anestesia general es uno de los tipos más seguros de anestesia.
Mito 6: Después de la anestesia, es muy difícil recuperarse
Si se cumplen todos los protocolos y se lleva a cabo el acompañamiento anestésico de acuerdo con todos los requisitos modernos de la metodología, no habrá dificultades para despertar de la anestesia. Existe una serie de preparados que controlan el funcionamiento del tracto gastrointestinal, el aparato vestibular, el cerebro y también fármacos que neutralizan la acción de los medicamentos para la anestesia que todavía circulan en la sangre.
Mito 7: La anestesia local es mejor que la anestesia general
No puede ser ni mejor ni peor. La anestesia local también conlleva riesgos, para lo que también hay que estar siempre preparado. En caso de utilizar anestesia general, el anestesiólogo-reanimador controla de inmediato esta cuestión. La anestesia local (administrada por un dermatólogo, cirujano, urólogo, ginecólogo, etc.) puede ser realizada por cualquier médico de cualquier especialidad durante manipulaciones, pequeñas intervenciones o apósitos en ausencia de un anestesiólogo-reanimador. Por lo tanto, el médico que trabaja con anestesia local debe estar preparado para reacciones adversas, incluso el choque anafiláctico. Para ello, siempre se dispone de un kit especial con un conjunto de medicamentos, una mascarilla laríngea, etc. Todos los médicos que trabajan con pacientes poseen los conocimientos necesarios y saben cómo prestar asistencia en caso de reacción anafiláctica.