- Naturaleza
- Causas
- Síntomas
- Tipos
- Tratamiento
- Complicaciones
Existen muchas razones que provocan la obesidad. La enfermedad se divide en diferentes tipos, según los factores que provocan este aumento excesivo de peso.
Una forma es alimentaria (del latín «alimentarius» que significa «alimenticio»). Esto quiere decir que se desarrolló debido a una ingesta incorrecta de alimentos. En diferentes fuentes también puede encontrar otros nombres: primaria, alimentaria-constitucional, exógeno-constitucional. Conozcamos más acerca de ella y cómo deshacernos de ella de una forma rápida y sencilla.
Naturaleza
En medicina, la obesidad alimentaria se considera una enfermedad que está relacionada con trastornos en el metabolismo. A su vez, pueden existir otros factores negativos que ayudan a desarrollar la patología, generalmente externos (por ejemplo, falta de actividad física) y en menor medida internos (enfermedades de órganos y sistemas). Entre las causas no se toma en cuenta la herencia ni trastornos cerebrales y psíquicos. Todo lo demás puede contribuir, en mayor o menor medida, al desarrollo de la patología.
Resulta que la obesidad alimentaria se origina porque la persona no logra regular y equilibrar su alimentación. Si al organismo entran más calorías de las que gasta, sin duda, aumenta su peso corporal. Aquí no se puede culpar a la herencia ni a enfermedades mentales y nerviosas congénitas.
Sin embargo, esto tiene una gran ventaja: si una persona llevó su organismo a tal estado, también puede salir de él controlando y realizando un tratamiento integral bajo la supervisión de especialistas.
Causas
A este tipo de patología también se le conoce con otro nombre: obesidad exógeno-constitucional. Refleja dos características más: exógena, que se refiere a factores externos, y constitucional, relacionada con el organismo. Por eso, las causas del exceso de peso se van a buscar, en primer lugar, en su propio estilo de vida, pero, al mismo tiempo, no debemos olvidarnos de los procesos que suceden al interior del organismo.
Factores exógenos:
- Consume regularmente alimentos en cantidades excesivas.
- Presencia en el menú de gran cantidad de productos ricos en carbohidratos simples y grasas: productos de panadería, dulces, pastas, platos de carne grasosa.
- Hábitos alimenticios incorrectos: falta de régimen de alimentación, consumo en las noches de platos muy calóricos y pesados.
- Tipos de alimentación asimilados (esto se refiere a tradiciones nacionales).
- Estilo de vida pasivo.
Factores endógenos:
- Enfermedades relacionadas con el metabolismo: diabetes mellitus.
- Desequilibrio hormonal asociado con funciones excesivas o deficientes de glándulas sexuales,
Las mujeres están en mayor riesgo en períodos de embarazo o durante el período de lactancia, así como en la menopausia. Estos grupos etarios son los que se consideran críticos. En el 75 % de los casos de obesidad de origen alimentario-constitucional se dan en las mujeres.
Síntomas
En primer lugar, el diagnóstico de obesidad se realiza calculando el IMC mediante una fórmula determinada:
IMC = m (peso en kilos) / h2 (altura en metros)
Y si la cifra obtenida alcanza los 30, entonces estamos hablando de obesidad. Luego, se aclaran las causas por las que se produce el aumento de peso y, si está relacionado principalmente con una alimentación inadecuada, la patología se clasifica como alimentaria.
El cuadro clínico no difiere mucho del resto de los tipos de patología:
- Presión arterial alta.
- Índices de IMC elevados respecto a la norma.
- Resistencia a la insulina.
- Trastornos en el funcionamiento de órganos internos.
- Disnea.
- Aumento de la sudoración.
- Aumento gradual de las porciones de comida, consumo excesivo de alimentos.
- Desarrollo de complejos internos respecto a su apariencia física.
- Diabetes tipo II.
- Aumento significativo del peso corporal.
- Aumento de la circunferencia de la cintura (en mujeres más de 80 cm, en varones más de 94 cm).
Si esto no se controla y se continúa desarrollando con el mismo ritmo, los síntomas se van a ir manifestando cada vez más: aumentará la presión arterial y el peso, crecerá el perímetro de la cintura, la disnea y la sudoración. Esto, como resultado, puede llevar a perturbaciones mentales graves, así como también a una disminución significativa de la calidad de vida.
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Tipos
La obesidad alimentaria puede variar. En primer lugar, de acuerdo a los índices del IMC, se divide en 3 grados:
Primer grado
La obesidad alimentaria de primer grado es la etapa inicial de la enfermedad, su comienzo. El peso y el perímetro de la cintura ya están por arriba de la norma, la persona lo nota y comienza a sentir incomodidad. Pero aún no se refleja tan claramente en sus datos físicos: disnea, presión arterial y sudoración comienzan a intensificarse, pero no de manera crítica. Si se inicia el tratamiento en esta etapa, hay muchas probabilidades de una recuperación completa sin retorno a los parámetros iniciales.
Segundo grado
El segundo grado ya es notable a simple vista. Hay dificultad para caminar, para realizar esfuerzos físicos todo es más complicado, los pulmones fallan, es imposible agacharse para atarse los cordones de los zapatos. En esta etapa, la mayoría de las personas reconocen que tienen un problema y comienzan a tomar algunas medidas para resolverlo.
Tercer grado
Es una patología difícil de tratar. Afecta prácticamente todos los órganos: la presión arterial se eleva, duelen las articulaciones, el nivel de azúcar en la sangre está muy alto. La irritabilidad, el desequilibrio y el estado depresivo son evidentes.
De acuerdo a la ubicación del tejido adiposo en el organismo, la obesidad alimentaria se divide en otros tres tipos:
- Androide (masculino) de tipo central: acumulación de grasa en el abdomen, las axilas, la espalda y la cintura.
- Ginoide (femenino): en las mamas, los glúteos, las caderas y la parte inferior del abdomen.
- Mixto: se distribuye uniformemente.
En caso de trastornos hormonales, se puede producir una redistribución de los depósitos de grasa según el tipo del sexo opuesto.
Tratamiento
No se recomienda el autotratamiento de la obesidad alimentaria. Combatirla, incluso en su etapa inicial, es muy difícil. Aquí es necesaria la ayuda de un especialista. Tras un diagnóstico y una inspección inicial, te va derivar a los análisis correspondientes. Todo esto ayudará a establecer un diagnóstico preciso y a prescribir un tratamiento.
Alimentación
Como la obesidad es alimentaria, es decir, provocada por una ingesta incorrecta de alimentos, por aquí es por donde se debe comenzar el tratamiento. No esperes que ningún fármaco ni deporte te salve.
Uno de los errores más comunes de quienes se enteran de este diagnóstico es organizar huelgas de hambre y recurrir a dietas rápidas. Como resultado, alteran aún más el metabolismo y, después de una pérdida de peso insignificante, los kilos se recuperan con creces.