Esencial para avanzar más
Si llevas meses haciendo los mismos ejercicios, es posible que tu cuerpo se haya acostumbrado a ellos. Por lo tanto, no te extrañes si apenas notas resultados.
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La constancia es clave para el progreso. Sin embargo, hacer siempre las mismas sesiones de ejercicio puede llevarte a estancarte. Por eso es importante cambiar tu programa de ejercicios de vez en cuando. El momento óptimo para hacerlo es cada 4 o 6 semanas.
Nuestro cuerpo tarda entre 4 y 6 semanas en adaptarse a un estímulo de entrenamiento específico. Pasado este tiempo, tu progreso puede verse limitado si sigues con la misma rutina de ejercicios.
En lugar de repetir siempre lo mismo, alterna dos entrenamientos diferentes cada dos semanas. Por ejemplo, una semana puedes hacer un entrenamiento de fuerza con pesos pesados y menos repeticiones (semana A) y, a la siguiente, un entrenamiento de resistencia con más repeticiones o hipertrofia (semana B).
Otro aspecto importante son las semanas de descanso. Cada cuatro o seis semanas, aproximadamente, debes reducir la intensidad o el volumen del entrenamiento para permitir que tu cuerpo se recupere por completo. Estas semanas de descanso ayudan a prevenir el agotamiento, el sobreentrenamiento y a darle un respiro a tus músculos y sistema nervioso.
La información publicada por el editor no pretende sustituir a la consulta con un médico. Si tienes alguna duda, consulta con un especialista.