- Naturaleza de la enfermedad
- Causas
- Cuadro clínico
- Recomendaciones
- Nutrición
- Tratamiento
- Complicaciones
En la sociedad, la noción del sobrepeso es bastante relativa. A algunos les gustan las chicas un poco gorditas, y ahora las modelos “de talla grande” conquistan las pasarelas. Algunas personas engordan 60 kg, e inmediatamente empiezan a adelgazar activamente, considerándose gordas.
En medicina, todo es mucho más preciso y concreto. Existen parámetros cuantitativos que indican la presencia de una enfermedad, como la obesidad. Además, se diferencia de un simple sobrepeso. Según la OMS, existen 3 grados de dicha patología, y el más peligroso es el último.
Naturaleza de la enfermedad
Según los datos médicos, la obesidad de tercer grado es una patología metabólica en la que el IMC (índice de masa corporal) supera la marca de 40 puntos.
La enfermedad es difícil de clasificar según otros criterios. Por ejemplo, no puede clasificarse como abdominal ni como genoide (nalgas-muslos). Se acumula tanta grasa en el organismo que se distribuye por todo el cuerpo, no por una parte determinada.
La principal característica de esta etapa es el alto riesgo no sólo de enfermedades asociadas peligrosas, sino también de muerte. Se caracteriza, en el 90 % de los casos, por una movilidad limitada, aislamiento social y graves problemas psicológicos y fisiológicos. Y es muy, muy difícil de tratar.
Causas
La principal causa de la obesidad de tercer grado es el estado avanzado de los grados 1 y 2, cuando es mucho más fácil revertir la situación. La falta de fuerza de voluntad y el tratamiento necesario conducen a un resultado tan lamentable.
Otros factores, externos (estilo de vida) e internos (estado del organismo), ayudan a la persona:
- consumo descontrolado de carbohidratos de fácil absorción: dulces, repostería, refrescos, comidas rápidas;
- herencia;
- hábitos alimenticios poco saludables: comer sin horarios y cuando se quiere, “ahogando” no sólo los problemas, sino a menudo también el simple mal humor;
- falta de actividad física;
- consumo de calorías muchas veces superior al gasto;
- enfermedades graves del tracto gastrointestinal, hígado, corazón;
- estado de estrés constante y cansancio crónico;
- enfermedades congénitas graves.
Por lo general, todas estas causas no surgen de la nada. Están presentes en la vida de la persona durante un largo período de tiempo, si el asunto ha llegado al grado 3 de obesidad. Esto es cuando el exceso de peso sólo empieza a aparecer, se puede estar en busca del factor desencadenante, equivocarse, pasar por exámenes. Y a esta etapa, la persona suele saber ya qué es lo que ha servido de punto de partida para el estado patológico en su vida.
Cuadro clínico
Si la obesidad de primer grado puede confundirse fácilmente con un simple sobrepeso (especialmente si es visceral), la patología del último grado es visible a simple vista. Estos son sólo algunos de sus signos:
- imposibilidad de actividad motora (dificultad para agacharse, girarse, recorrer una distancia extra;
- dificultad para respirar;
- aumento patológico de peso;
- sudoración excesiva incluso en reposo;
- el índice de IMC supera la norma en varias veces;
- problemas psicológicos: formación de complejos internos debido al aspecto externo, lo que en la mayoría de los casos lleva al aislamiento de la sociedad;
- el trabajo de la mayoría de los órganos internos se ve afectado: aparecen constantemente diversas enfermedades;
- contornos difusos del cuerpo, que empieza a parecerse a una bola gelatinosa.
Para calcular el IMC y determinar el grado de obesidad se utiliza la fórmula:
IMC= m (peso) / h2 (altura)
El peso en kilogramos y la altura en metros. Si el resultado es superior a 40, se diagnostica una obesidad de tercer grado.
Recomendaciones
Si se ha recibido este diagnóstico desolador, es necesario actuar de inmediato. El primer paso es solicitar asistencia médica. En un 90 % de los casos, la persona es derivada a un tratamiento hospitalario. Si hay que luchar contra la patología en casa, los médicos detallan una terapia conductual para estos pacientes. Estas son sus recomendaciones:
- practicar natación, bajo la supervisión de un entrenador o médico, con registro obligatorio de la presión y el pulso;
- moverse lo más posible;
- dejar de fumar y de beber alcohol;
- por las mañanas, realizar ejercicios de carga asequibles: empezar con los más sencillos y luego complicarlos gradualmente, las primeras sesiones pueden ser de 5 minutos, pero cada vez hay que aumentar el tiempo;
- los locales en los que se encuentran estos pacientes deben estar bien ventilados;
- seguir un tratamiento para los estados de estrés, en la medida de lo posible, acudir a un psicólogo y a diversas formaciones de motivación y superación personal;
- dormir de 7 a 8 horas.
Sólo un médico puede responder a todas las preguntas sobre la obesidad de tercer grado. La automedicación no sólo no es posible, sino que también es peligrosa para la vida.
¿Cuántos kilos son la obesidad de tercer grado?
Cualquier médico le dirá que esta pregunta es incorrecta. Esta enfermedad no se determina por la cantidad de kilos. 120 kg con una altura elevada pueden dar un IMC inferior a 40. Y los culturistas pueden tener principalmente músculos, no grasa, a pesar de su gran categoría de peso.
¿Por dónde empezar el tratamiento?
Definitivamente, por la consulta con el médico y el cumplimiento de todas sus recomendaciones.
¿Es posible concebir un hijo?
Las posibilidades de ello son muy escasas, ya que la grasa visceral en esta etapa envuelve estrechamente los órganos reproductores. Incluso si se produce la concepción, el embarazo será muy difícil y llevarlo a término será prácticamente imposible. Esta patología provoca parada cardíaca, crisis hipertensiva, espasmos respiratorios y otros estados peligrosos para la vida de la mujer y del niño.
¿Es diferente esta obesidad en mujeres y hombres?
Según las estadísticas, este diagnóstico se da más a menudo a las mujeres que a los hombres. Sufren constantemente cambios hormonales (en la pubertad, el embarazo, la lactancia, la menopausia, el climaterio), que se convierten en causas de patología. Además, las representantes del bello sexo son más emocionales, propensas a las experiencias y al estrés. Esto les hace aumentar las porciones, ahogando cada nuevo problema.
¿Qué hacer si el diagnóstico se le ha hecho a un niño?
Confiar en la competencia de los médicos y hacer todo lo que digan: seguir un tratamiento, empezando por la ayuda psicológica. La obesidad de tercer grado en niños es, ante todo, problemas con sus compañeros, que no los aceptan en sus círculos. En el contexto de complejos internos, se desarrolla un sentimiento de ansiedad constante, inseguridad en sí mismo, fobias y baja autoestima. El resultado: problemas de estudio, aislamiento consciente de la sociedad e inmersión en sí mismo hasta el punto del autismo.
Nutrición
Una parte necesaria de cualquier tratamiento de esta enfermedad es una dieta hipocalórica. La