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Un neuropsicólogo revela qué alimentos pueden producir ansiedad

El Daily Mail informó sobre las bebidas alcohólicas que generan más ansiedad.

Neuropsicofarmacólogo nombra las bebidas que provocan ansiedad

La sensación de malestar, temor e inquietud que se experimenta después de beber alcohol se conoce como “ansiedad de la resaca” y es uno de los síntomas de la intoxicación etílica. La intensidad y la duración de los molestos síntomas de la resaca dependerán de las características individuales de cada organismo, de la cantidad de alcohol ingerida y del tipo de bebida alcohólica.

El alcohol estimula la producción del ácido gammaaminobutírico en el cerebro. Este, al principio, produce un efecto calmante y contribuye para la serenidad. Sin embargo, posteriormente, su efecto disminuye y empieza a generar el efecto contrario: activa las hormonas responsables de la excitación y el aumento de la ansiedad. Además, el alcohol actúa como diurético. La deshidratación puede causar somnolencia y mareos, síntomas que se intensifican con la sensación de temor y pánico relacionados con la resaca.

El neuropsicofarmacólogo David Nutt explica el mecanismo de formación de la ansiedad de la resaca. Cuando el alcohol entra en el organismo, el cerebro activa un modo de neuroadaptación e intenta ajustarse para funcionar en estado de intoxicación etílica. El problema es que el sistema nervioso continúa trabajando en un estado de aumento de la atención incluso después de que desaparecen los efectos del alcohol. El cerebro “exige” mantener la atención en el entorno y permanecer en alerta algunas horas después de que el alcohol se elimina del organismo. Por eso, después de una fiesta, muchas personas se despiertan con taquicardia, sensación de ansiedad y nerviosismo.

El profesor Nutt afirma que cualquier tipo de alcohol puede causar ansiedad. Por ejemplo, el prosecco y el champán engañan debido a sus agradables burbujas: el alcohol se absorbe rápidamente en la sangre e embriaga mucho antes que con otros tipos de bebidas alcohólicas. Cuanto más rápidamente el alcohol se absorba en la sangre, más intensos serán los síntomas de abstinencia.

Las bebidas alcohólicas mezcladas con siropes y zumos agradan al paladar y se beben fácilmente, pero el azúcar contenido en ellas causa un aumento de los niveles de glucosa en la sangre; eso también empeora el estado: la psique reacciona de forma muy inestable a los bruscos aumentos de energía seguidos de sueño, cansancio y abatimiento.

Las bebidas a base de cereales, frutas o sidra son las que causan la resaca más fuerte y, consecuentemente, más ansiedad. El whisky, el vodka y otras bebidas alcohólicas fuertes causan intoxicación incluso en pequeñas dosis, lo que el cerebro percibe como una situación extrema y provoca una neuroadaptación más intensa del sistema nervioso. Como consecuencia, surge una necesidad irresistible de seguir bebiendo para librarse de las sensaciones desagradables.

El vino cuenta con algunas propiedades beneficiosas. Su consumo puede mejorar el estado de ánimo aumentando los niveles de serotonina, dopamina y otros neurotransmisores cerebrales. Sin embargo, estos disminuyen irremediablemente, empeorando el estado. En caso de abuso, la ansiedad es inevitable. ¡La moderación es esencial!

Lo mismo es válido para la cerveza. Algunas variedades de esta bebida espumosa pueden parecer inofensivas para la psique debido al contenido relativamente bajo de alcohol etílico. Sin embargo, consumiendo más de 0,5 litros, los síntomas de abstinencia son inevitables, especialmente para las personas que ya padecen algún trastorno mental.

El consumo desproporcionado de alcohol puede dañar la salud.

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