A veces sentimos un desequilibrio, como si el suelo se hundiera bajo nuestros pies y todo se moviera a nuestro alrededor aunque estemos quietos. Así se manifiesta el vértigo, un problema que interfiere en las actividades cotidianas y dificulta hasta las tareas más simples. ¿A qué se debe este estado, qué síntomas lo acompañan y cuáles son sus factores de riesgo?
El vértigo se clasifica en dos tipos principales que vienen determinados por sus causas y las características de su manifestación:
- **Periférico:** Es el tipo más común, que se produce por una alteración del equilibrio en las señales que llegan al cerebro. Esta afección se asocia a problemas del oído interno o del nervio vestibular. Se acompaña de una sensación de giro, dificultad para enfocar, acúfenos, alteraciones del equilibrio, náuseas y vómitos y pérdida de audición en un oído.
- **De origen central:** Este trastorno se desencadena por fallos en el funcionamiento del cerebro, especialmente en el tronco encefálico y el cerebelo. Se caracteriza por visión doble, parálisis de los músculos faciales, dificultad para los movimientos oculares y la deglución, además de debilidad en las extremidades.
El vértigo es un síntoma, no una enfermedad. Puede estar causado por las siguientes causas:
- Alteraciones del oído interno.
- Migrañas.
- Traumatismo craneoencefálico.
- Accidente cerebrovascular.
- Consumo de determinados medicamentos.
Los factores de riesgo incluyen ser mujer, tener más de 50 años, antecedentes familiares de este tipo y haber sufrido un traumatismo craneoencefálico.
Los síntomas del vértigo suelen deberse a problemas en el oído interno, que desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio. Esto hace que el cerebro reciba señales del oído interno que no coinciden con la información que le llega a través de los ojos y los nervios sensoriales. El resultado es una información falsa sobre la posición del cuerpo.
Cuando el vértigo se presenta con regularidad y dificulta la vida diaria es importante acudir al médico. Hay que consultar con urgencia si se presentan los siguientes síntomas:
- Dolor de cabeza intenso.
- Pérdida de audición o visión.
- Lenguaje confuso.
- Entumecimiento, debilidad en las extremidades
- Problemas de coordinación y deglución.