Los psicólogos advierten que abusar de los auriculares puede reducir notablemente el tiempo de comunicación interpersonal, lo que lleva a un aislamiento social que afecta negativamente a la salud mental.
Mucha gente cree que los auriculares son perjudiciales para el oído. Dmitri Shubin, otorrinolaringólogo de primera clase del Hospital Clínico Regional n.º 2 del Centro Científico Nacional de Cirugía n.º 2 de la Academia de Ciencias Médicas B.V. Petrovsky, explica en aif.ru cuál es el tiempo máximo de uso para que no afecte negativamente a la salud:
— Seguramente la mayoría de vosotros habréis notado que tras asistir a conciertos o ir a discotecas, los sonidos os parecen amortiguados. Esto se produce por el impacto de las ondas sonoras potentes sobre la cóclea, la parte del oído interno. El mismo efecto puede producirse al escuchar música a un volumen alto con auriculares durante un tiempo prolongado. La única diferencia es que, al utilizar auriculares, este efecto es menos perceptible, pero las consecuencias llegan más tarde y pueden ser más graves.
¿Qué tipo de auriculares son perjudiciales para el oído?
— Es importante seleccionar los auriculares en función del tiempo que pensamos utilizarlos. Por ejemplo, si los auriculares son de botón, los cuales se introducen en la oreja y se sujetan gracias a la forma de la aurícula, se recomienda limitar su uso a una hora y media para escuchar música.
Otro peligro de los auriculares es que bloquean el ruido externo y crean la ilusión de que el sonido no es tan fuerte. Por eso, los usuarios suben el volumen. Es importante asegurarse de que no supere el 50 %.
En los auriculares de diadema, que cubren toda la oreja y la aíslan de los ruidos externos, la fuente de sonido está un poco más alejada del órgano auditivo. Por ello, se pueden utilizar unas tres horas al día. Además, el nivel de volumen también debe reducirse al 50 %.
Si no se siguen estas recomendaciones, pueden producirse cambios irreversibles en la cóclea, lo que daría lugar a fatiga de los receptores auditivos y, finalmente, a una sordera neurosensorial, una pérdida de audición causada por daños en las células ciliadas de la cóclea. Esta patología puede ser irreversible y requiere el uso de audífonos.