Muchos escucharon por primera vez la extraña palabra “metapneumovirus” en diciembre, pero la recordarán durante mucho tiempo. El brote de esta infección en China asustó mucho a la gente. Al nuevo virus enseguida lo bautizaron como el segundo COVID. ¿Es realmente tan peligroso? ¿De dónde salió? ¿Acaso también “voló” con algún murciélago? ¿O “se escapó” de un laboratorio? ¿Por qué no lo habíamos visto antes?
El metapneumovirus no es un novato, es un veterano
En realidad, este virus no es nada nuevo. Lo aislaron por primera vez de pacientes y lo describieron en detalle en 2001.
Pero, como le dijo a aif.ru Iván Konoválov, candidato a doctor en Ciencias Médicas, catedrático del departamento de enfermedades infecciosas en niños de RUDN, el virus existía mucho antes. El metapneumovirus fue descubierto más tarde en muestras de sangre de donantes extraídas en 1958. Es decir, ya estaba allí y provocaba IRA, igual que ahora. La diferencia es que en aquel entonces no sabían cómo diagnosticarlo. Y es muy probable que este virus existiera desde hace mucho tiempo.
“Por lo general, para los diez años prácticamente todos los niños ya han enfrentado el metapneumovirus y han desarrollado una inmunidad contra él”, explica Konoválov. “Por eso la mayoría de los adultos se enferman con él como con un resfriado común sin síntomas”.
¿Se puede comparar el metapneumovirus con el COVID?
“La actual reacción de pánico frente al brote de la infección causada por el metapneumovirus en China está claramente exagerada”, comenta para aif.ru Anna Baránova, viróloga y popular bloguera, docente de la Escuela de Biología de Sistemas de la Universidad George Mason. “Y, por supuesto, sus comparaciones con el coronavirus carecen de sentido. Sobre todo si recordamos qué tan peligroso era el COVID-19 durante la pandemia, no ahora, cuando su virulencia se ha aproximado a la de un patógeno ordinario de IRA”.
¿Por qué nos enteramos de este virus solo ahora?
“El metapneumovirus humano no es nada nuevo, lleva presente en nuestra población durante mucho tiempo”, explica Baránova. “Pero hace relativamente poco empezamos a detectarlo en pacientes, cuando surgieron kits de diagnóstico para detectar metapneumovirus mediante PCR. Por eso se lo incluye permanentemente en los informes de morbilidad por infecciones respiratorias, junto con virus de la gripe, parainfluenza, coronavirus, adenovirus, rinovirus, virus sincitiales respiratorios, bocavirus, etc. Pero, teniendo en cuenta que hay cerca de 200 patógenos de IRA, la mayoría queda fuera del alcance de los epidemiólogos. Simplemente porque no existen métodos para diagnosticarlos en la práctica médica. Por ahora son objeto solo de investigaciones científicas”.
En Rusia, el kit de diagnóstico para metapneumovirus y otros patógenos de IRA apareció en 2010. Y también se realiza el seguimiento del “camino” de estos virus en Rusia. Si hubiera leído informes epidemiológicos de Rospotrebnadzor, sabría que el metapneumovirus figura allí de forma permanente.
La morbilidad por infecciones agudas de las vías respiratorias es causada principalmente por virus respiratorios de etiología no gripal (coronavirus estacionales, rinovirus, virus sincitiales respiratorios y metapneumovirus), cuya proporción en la circulación general es del 56 %. Por lo general, entre las causas más frecuentes de IRA ocupa el tercer o cuarto lugar, lo que provoca del 5 al 13 % de las infecciones respiratorias no gripales. Con mayor frecuencia, la IRA la provocan los rinovirus, los virus sincitiales respiratorios o los adenovirus.
El metapneumovirus se parece más al virus sincitial respiratorio que al COVID-19
“Desgraciadamente, incluso los kits de diagnóstico disponibles se utilizan de forma insuficiente”, opina Baránova. “A veces se utilizan solo de forma selectiva, y no tanto para tratar a los pacientes, sino para realizar el seguimiento de la propagación de los virus. Y hay infecciones en las que saber de qué patógeno se trata puede desempeñar un papel importante en el tratamiento. Por ejemplo, en la infección causada por el virus sincitial respiratorio.
Es con él, no con el patógeno del COVID-19, que debería compararse el metapneumovirus. Son parientes cercanos y provocan enfermedades similares, que a menudo afectan a los pulmones y a los bronquiolos, las ramas profundas de los bronquios. Tal enfermedad se produce en personas con inmunidad debilitada, en niños y ancianos. Es especialmente peligroso para los niños menores de dos años. Y los bebés prematuros corren el mayor riesgo de contraer infecciones graves por el virus sincitial respiratorio. Según los datos, la mortalidad entre ellos puede llegar del 1 al 6 %. Y el uso profiláctico de anticuerpos contra el virus sincitial respiratorio ayuda a evitar esto. Se administran a estos niños por vía intramuscular durante la temporada epidémica, y está justificado.
Este tipo de tratamiento profiláctico para los niños también estaría justificado para las infecciones por metapneumovirus en los más pequeños. Sin embargo, por ahora no existen fármacos con anticuerpos contra este virus. Desafortunadamente, todavía no está tan bien estudiado como la infección por el virus sincitial respiratorio. Es posible que esto se deba a que los kits de diagnóstico para detectar el virus sincitial respiratorio surgieron antes y están mejor estudiados. Hace poco incluso crearon una vacuna contra el virus sincitial respiratorio. Esperemos que el revuelo actual en torno al brote de metapneumovirus impulse este tipo de investigaciones y conduzca al desarrollo de métodos específicos de profilaxis y tratamiento”.