¿Qué tan lejos están los cuerpos celestes? ¿Por qué Venus tiene días más largos que años, y dónde encontrar hielo ardiente?
¿Qué tan lejos están los cuerpos celestes? ¿Por qué Venus tiene más días que años y dónde encontrar hielo ardiente?
¿Qué tan lejos están los cuerpos celestes? ¿Por qué Venus tiene días más largos que años y dónde encontrar hielo ardiente?
1. Todos los planetas del sistema solar cabrían entre la Tierra y la Luna
Video: NASA
El sistema solar es muy grande. Los libros de textos de ciencia suelen mostrar los planetas relativamente cerca uno del otro, pero esto no refleja la escala del espacio. Mira el video de la NASA anterior para tener una mejor idea de las increíbles distancias entre los cuerpos celestes.
Por ejemplo, si el Sol fuera del tamaño de una pelota de baloncesto, la Tierra no sería más grande que la cabeza de un alfiler. ¡Y habría un vacío de más de 30 metros entre ellos!
Pero, ¿qué pasaría si elimináramos este vacío? Todos los planetas del sistema solar cabrían perfectamente entre la Tierra y la Luna, que están separados por una distancia de 384,400 kilómetros. Incluso sobraría espacio: 4,392 km.
Sin embargo, esto no es una buena idea, pues la gravedad convertiría a los planetas en un solo gigante gaseoso. Es poco probable que se convierta en una estrella, pero vivir en una enana marrón tampoco es la situación ideal.
2. El calor del Sol crea hielo en Mercurio
Mercurio es el planeta más cercano al Sol. Mucha gente cree erróneamente que esto lo convierte en el cuerpo celeste más caliente del sistema, bueno, después de nuestra estrella. Pero este no es el caso. Venus es aún más caliente, gracias al efecto invernadero causado por su densa atmósfera. Mercurio ciertamente no es frío: la temperatura promedio de la superficie alcanza los 420 °C.
Por eso es aún más extraño que pueda formarse hielo de agua en los polos de este planeta. ¡Sus depósitos pueden tener hasta dos metros de espesor! Además, este hielo se forma precisamente debido al calor abrasador del Sol.
De hecho, las imágenes tomadas por las sondas espaciales Mariner-10 y Messenger de la NASA, así como la investigación realizada por el radiotelescopio de Arecibo, han demostrado que los cráteres en los polos de Mercurio albergan glaciares, las zonas que reciben la cantidad más pequeña de luz solar. Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que el hielo llegaba allí a través de cometas que pasaban, pero luego descubrieron una forma mucho más interesante de formarlo.
El viento solar lo transporta hasta allí.
Este viento está formado por helio e hidrógeno. Cuando el flujo de estas partículas golpea la superficie de Mercurio, libera moléculas de oxígeno de las rocas. El hidrógeno se une a ellas para formar agua, que se congela en los profundos cráteres polares, donde no puede evaporarse.
Pero, ¿cuánto hielo puede transportar el viento solar? Puede que no sea mucho, pero Mercurio no tiene prisa. Según los cálculos de astrónomos de la Facultad de Química y Bioquímica del Instituto de Tecnología de Georgia, el viento solar podría producir alrededor de 11,023,110,000 toneladas de hielo cada 3 millones de años.
3. Los días son más largos que los años en Venus
A menudo se llama a Venus “el gemelo de la Tierra” debido a sus masas y tamaños similares. Pero ahí es donde terminan las similitudes.
Venus gira muy lentamente sobre su eje: tarda 243 días terrestres en completar una rotación. Sin embargo, solo tarda 225 días terrestres en orbitar el Sol. Es por eso que un día en Venus es más largo que un año en Venus.
Además, este planeta no gira en sentido antihorario, sino al revés. Para un observador parado en la superficie de Venus, el Sol saldría por el oeste y se pondría por el este. Aunque en realidad, este observador estaría vaporizado por el calor infernal, la presión y el ácido sulfúrico. Y tampoco podría ver la estrella debido a las densas nubes.
Los científicos aún no han llegado a una conclusión definitiva sobre por qué Venus es tan peculiar. Pero especulan que la rotación del planeta sobre su eje se ha estado desacelerando durante miles de millones de años debido a las fuerzas de marea del Sol en su atmósfera demasiado densa.
4. El hidrógeno se comporta como un metal en las profundidades de Júpiter
Júpiter es un gigante gaseoso, compuesto principalmente de hidrógeno y helio. No tiene una superficie sólida como la de las aburridas y rocosas Tierra o Marte. Además, Júpiter es enorme: es más grande que todos los demás planetas del sistema solar juntos.
Además del hidrógeno y el helio, en las capas superiores de la atmósfera se pueden encontrar enormes nubes de amoníaco y azufre. Hay huracanes que viajan a velocidades de 120 a 170 m/s y enormes relámpagos. La monstruosa velocidad de rotación de Júpiter hace que su atmósfera sea particularmente turbulenta: al gigante gaseoso solo le toma 10 horas completar una rotación sobre su eje. Sin embargo, a pesar de esto, un año en Júpiter dura 12 años terrestres: ese es el tiempo que tarda Júpiter en completar una órbita alrededor del Sol.
Pero lo más interesante sucede dentro de este planeta.
La presión dentro del gigante alcanza los 4,18 millones de atmósferas terrestres, lo que hace que se calienten a temperaturas de entre 6000 y 20,700 °C. En tales condiciones, el hidrógeno gaseoso se convierte en un líquido que exhibe propiedades similares al metal.