Esta lista de películas nos enseña a abrazar la rutina, dejar atrás el pasado y establecer metas significativas.
1. ¡Qué bello es vivir!
It’s a Wonderful Life
George Bailey ha vivido toda su vida en un pequeño pueblo. Se ha esforzado mucho para mantener a su familia, pero ahora le debe dinero al banco. Abrumado por los problemas y en víspera de Navidad, considera suicidarse. Pero de repente, un ángel de la guarda se le aparece al desesperado George y le muestra lo importante que es.
El comienzo de esta película navideña puede parecer sombrío. Sin embargo, ¡Qué bello es vivir! es en realidad una película muy edificante. Destaca cómo cada persona afecta a quienes la rodean y cómo todos mejoran la vida de sus seres queridos o incluso de conocidos.
2. El indomable Will Hunting
Good Will Hunting
Will Hunting es un joven solitario que trabaja como conserje en un instituto. Sin embargo, también es un genio en matemáticas, aunque nunca ha aprovechado su potencial. Will es descubierto un día por el profesor Lambeau, que lo lleva con un psicólogo para intentar ayudar al prodigio a encarrilar su vida.
Robin Williams ofrece una de sus mejores interpretaciones en esta película. Este conmovedor drama habla de la importancia de dar oportunidades a las personas. Incluso un chico problemático puede tener talentos increíbles; solo necesita a alguien que crea en él y le ayude a desarrollar sus habilidades. O simplemente alguien que le escuche sin juzgarlo.
3. Días perfectos
Perfect Days
Hirayama, un hombre mayor que vive solo, pasa sus días en Tokio limpiando baños públicos. Cada día es igual: compra un café en la misma máquina, observa el cielo, se sienta en el mismo banco a comer. Pero Hirayama encuentra una belleza peculiar en sus rutinas y las saborea. Incluso se enfada cuando alguien intenta interrumpir su cotidianeidad.
Wim Wenders ha creado una película increíblemente relajante que nos enseña a apreciar el encanto de la rutina. El personaje principal encuentra novedad en cada día, disfruta leyendo libros y jugando al tres en raya con un desconocido. Y si un conserje puede disfrutar de su vida cotidiana, entonces cualquier espectador que vea esta película seguramente se sentirá un poco menos desanimado los lunes.
4. Los mantenidos
The Holdovers
La historia se desarrolla en un internado privado en Nochebuena de 1970. La mayoría de los estudiantes se han ido a casa, dejando solo a cinco bajo la supervisión del malhumorado maestro Paul Haneman y la cocinera Mary Lamb. El grupo finalmente se reduce a tres.
De Alexander Payne, Los mantenidos es una película tradicional sobre personas muy diferentes que aprenden a entenderse. Aunque el estudiante rebelde y el profesor perpetuamente insatisfecho literalmente se desprecian al principio de la película, encuentran consuelo el uno en el otro al final. Porque en el fondo, estas personas no son malas, solo están solas e infelices.
5. Vidas pasadas
Past Lives
Nae y Hae-song se enamoraron cuando eran niños. Pero la familia de Nae emigró a Canadá y, de adulta, se fue a Estados Unidos y se convirtió en escritora. Doce años después, los antiguos amantes vuelven a conectar en línea, pero su comunicación se desvanece. Pasan otros 10 años y el antiguo amor se reaviva.
El debut como directora de Celine Song podría haber sido un melodrama cursi sobre segundas oportunidades y matrimonios infelices. Pero en cambio, la película subvierte los tropos y nos muestra cómo aceptar y dejar atrás el pasado al mismo tiempo.
6. La peor persona del mundo
Verdens verste menneske
Julie abandonó la universidad para dedicarse a la fotografía. También mantiene una relación con un exitoso autor de cómics mucho mayor que ella. Se acerca a los 30 años, pero todavía no está segura de qué quiere hacer con su vida. Su relación tampoco va a ninguna parte, y ha aparecido un nuevo pretendiente.
Joachim Trier (un pariente lejano de Lars von Trier) presenta una protagonista que, en apariencia, no tiene problemas. Sus padres la apoyan, no le falta dinero, pero no puede encontrarse a sí misma. Julie realmente cree que es la peor persona del mundo porque simplemente no ha logrado nada. Pero Trier la trata con tanto cariño que no puedes evitar perdonar a su personaje de inmediato. Y de paso, a ti mismo.